Colocamos en un bol la harina en forma de volcán y mezclamos, poco a poco, el resto de los ingredientes en el centro: el huevo batido, una pizca de sal, el azúcar, la leche a temperatura ambiente y la levadura.
La levadura tiene que disolverse antes en un poco de leche o de agua templada.
Se mezclan todos los ingredientes y amasamos hasta formar una bola lisa y en forma de bollo. Hay que dejar reposar la masa entre 6 y 12 horas en un bol ancho, tapado con papel film, en un sitio fresco entre 7 y 10°C, hasta que fermente. La masa triplica su volumen. Mientras tanto, manoseamos la mantequilla o margarina hasta ponerla a punto de pomada.
Una vez que la masa del bollo ha fermentado, realizamos un corte en forma de aspas, estiramos en forma de cruz con ayuda de un rodillo de pastelería, introducimos la mantequilla y encerramos de modo que quede bien envuelta la mantequilla dentro de esa cruz.
Damos una vuelta sencilla y estiramos de nuevo con ayuda del rodillo. Después, envolvemos la masa dos veces sobre sí misma.
Las llamadas "vueltas" del hojaldre es como si envolviésemos una toalla sobre si misma y una vez estirada de nuevo volviese a tener el tamaño extendido. Se vuelve a doblar sobre sí misma, una vez dando un doblez sencillo y luego uno doble, así hasta completar las famosas siete vueltas del hojaldre.
Posteriormente, estiramos de nuevo y damos una vuelta, dos veces más, dejando entre ambas vueltas media hora de reposo.
Para la cocción, por último, hay que estirar la pasta hasta conseguir un grosor de cuatro milímetros, no más.
Cortamos la masa en tiras y, de ellas, hacemos triángulos regulares a los que realizaremos un corte en el centro de la base y enrollamos hacia el vértice opuesto.
Ponemos sobre placas de horno y dejamos, de nuevo, fermentar (en estufa, fermentadora o el horno a temperatura de fermentación) cerca de dos horas y media a temperatura de 25ºC a 30°C.
Después sacamos y pintamos con huevo batido, cocemos a una temperatura de 200°C en un horno con suelo y techo encendido, de 10 a 12 minutos hasta que suban y se doren. Una vez listos, se dejan enfriar y ya se pueden comer.
Los croissants se pueden congelar siempre que, una vez cocidos, hayan alcanzado la temperatura ambiente. También pueden congelarse de manera individual una vez fermentados, antes de pintarlos con huevo. En este último caso se introducen en el horno los croissants congelados.
El cruasán, al igual que otros productos de bollería y pastelería, entran dentro de la categoría de dulces: la mezcla de ingredientes los convierte en un producto azucarado y con un contenido importante de grasa, en particular saturada (por la mantequill). Por tanto, aunque el cruasán sea de elaboración casera no hay que olvidar que se trata de un producto con un importante aporte de calorías, que obliga a consumirlo en pequeña cantidad y de forma esporádica, en particular si se tiene exceso de peso, diabetes o triglicéridos altos en sangre.
El semáforo nutricional es un sistema de colores que permite entender los valores nutricionales de una forma clara, rápida y completa.
*Valores en relación a la Ingesta de Referencia (IR) para un adulto
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La Ingesta de Referencia (IR) es una guía sobre la cantidad total de calorías y de varios nutrientes que debemos ingerir al día para mantener una dieta sana. La información sobre los porcentajes de IR indica lo que supone la cantidad de nutriente de una ración respecto a la IR para ese nutriente en el día.
Los porcentajes de Ingesta de Referencia (IR) están calculados para una mujer adulta con una ingesta diaria de 2000 Kcal. Las necesidades nutricionales individuales pueden ser más altas o más bajas, en función de sexo, edad, nivel de actividad física y otros factores.
Nutrientes |
Cantidad Diaria Orientativa |
Calorías |
2.000 Kcal |
Grasa |
70 g |
Grasa saturada |
20 g |
Azúcares |
90 g |
Sal |
6 g |
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